Otra vez me senti engañoso. He recibido un mensaje que el calpixque Cuauhpopoca dirigió a los guerreros mexicas y comenzó el ataque contra los totonacas, pero estos fueron defendidos por la guarnición española de la Villa Rica de la Vera Cruz. Como resultado de la contienda, los españoles sufrieron siete bajas, entre ellas, Juan de Escalante quien logró incendiar la población de Nautla antes de la retirada de sus hombres pero murió más tarde a consecuencia de las heridas. Desde la costa los mexicas enviaron a mi, junto con el reporte de la batalla, la cabeza decapitada del soldado español Juan de Argüello como prueba fehaciente de que los europeos eran seres mortales y no dioses. Sin falta , aterrado al ver la cabeza, prohibí las acciones militares y pedí mantener en secreto la noticia. Mi confianza en los españoles termino una vez por todas. Ahora sólo tengo que reunir fuerzas para sacarlos de mi país. Por supuesto no pueden darse cuenta de mis intenciones.
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