domingo, 23 de mayo de 2010

En este día lluvioso me siento defraudado...


Pensaba que era mi amigo verdadero, que en este mundo lleno de la tristeza y el dolor por fin había encontrado a alguien que pensaba como yo, con quien podía discutir sobre los grandes sentimientos que sentía. Nada se puede comparar con lo que sentía en aguel momento,cuando me dijeron que Hernán Cortés formó una alianza en contra de mi país.


¿Como lo podía sospechar? En aquel día en mi habitación se aparecieron dos espías. Eran pálidos, sin energía vital, se parecían casi muertos. Me decían que treinta pueblos totonacas se reunieron en Cempoala para sellar la alianza y marchar juntos a la conquista de Tenochtitlan, ofreciendo un gran número de tamemes para transportar la artillería de los europeos. Los totonacas aportaron mil trescientos guerreros a la empresa de Cortés. El acuerdo se realizó sobre la base de que, una vez derrotados los mexicas, la nación totonaca sería libre.
Mi mundo se derrumbó. Quería gritar, pero mi cuerpo me negó a obedecer.
Creía en todas sus palabras, estaba feliz que era mi compañero, cada información de el era como un rayo del sol, pensaba que me quería abrir nuevas ventajas. En este día lluvioso, que aumentaba mi dolor, sentí que toda mi vida era una mentira.
¿Que será de nosotros?

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