Los historiadores se han maravillado de sus creativos logros en el imperio más grande de Mesoamérica, temido por su poderío militar y sus sanguinarios sacrificios humanos. A la vez, la historia de su caída es un ejemplo precautorio de los peligros de la confianza.
Montezuma dió su vida en nombre de la libertad de su gente.
Ahora su espíritu es libre.
[*] Montezuma, que descanses en paz.
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